domingo, 6 de junio de 2010

Inés María Martiatu, sobre afrolatinas y afrocubanas

Inés María Martiatu, ensayista, crítica cultural y narradora.

La mujer afrolatinoamericana siempre se rebeló contra la esclavitud fue cimarrona y participó en las luchas independentistas, no se quedó en un papel de víctima, lo que pasa es que la historia la escribieron otros y ahora es que se va conociendo poco a poco. Hoy día la mujer negra en la región ha ganado en organización. Concentra su lucha en la inserción en la sociedad, en lograr su independencia económica. Yo estuve en Colombia. Es importante el trabajo en las comunidades. Hay lugares donde han creado sus cooperativas, restaurantes, talleres de artesanía y otras actividades. Trabajan para ellas mismas. También han obtenido logros en lo que llaman etnoeducación, que sus hijos aprendan en la escuela la historia de África y la de sus antepasados en ese país.
Se han dado cuenta de que tienen que ocupar espacios de todo tipo, sociales, culturales, políticos y económicos. Hay varias senadoras negras. La ministra de cultura es negra. La nombraron con 29 años. Lo que vi en Colombia me impresionó mucho, aunque ellas todavía piensan que es queda un largo camino por recorrer. También hay más conciencia de varones que las apoyan. La mujer afrodescendiente ha tenido que luchar más que las blancas en contra del machismo. En Cuba y en toda Afroamérica llega sola, como esclava y tiene que resistir, luchar por sí misma. Se ha difundido demasiado entre nosotros lo que yo llamo "el síndrome Cecilia", la mulata que quiere pasar por blanca y encontrar al príncipe azul. Esto tiene connotaciones no sólo raciales sino patriarcales. Oculta la explotación, en esa misma época había miles de mujeres negras y mulatas esclavas cortando caña. Oculta también el desempeño de otras libres o esclavas que se abrían paso por sí solas trabajando en las ciudades.
En este momento se debate mucho el tema racial en Cuba. Pero en él no abunda el enfoque de género. La mujer afrodescendiente aprovechó las oportunidades que ofreció la Revolución, están en el sector de la educación, la salud, la ciencia, la cultura... Pero por otra parte, se ha popularizado otra imagen de ella. Con la apertura del turismo por ejemplo, en carteles al efecto, aparece la mulata como un atractivo más junto a las playas o el ron, incluso hay un Ron Mulata. Se está vendiendo la imagen de la mujer afrodescendiente como objeto sexual. Por otra parte en la televisión es notable su poca presencia tanto en la programación dramática como en los spots educativos y otros.
¿Diría que la mujer sigue siendo discriminada?
Se sabe por cifras que se han divulgado, que en sectores como las corporaciones de capital extranjero o el del turismo, están poco representados los negros y mulatos en general. La mujer no es una excepción. A la mujer negra la presentan muchas veces como objeto sexual o para la comercialización de la Santería. Hay excepciones, claro. En Cuba, las mujeres negras no estamos organizadas. Algunas intelectuales negras se ocupan poco de estos temas. Y hay que luchar contra esos arquetipos que se han creado y vienen desde el siglo XIX de las guarachas, del teatro bufo, con la imagen de la mulata chancletera, pendenciera y promiscua. Y más recientemente, la jinetera, es decir, la prostituta. De modo que lo primero es que la mujer negra tenga conciencia de todo eso... en la educación no se abordan estos problemas... La mujer negra no está dentro del patrón de belleza aceptable. Muchas quieren estirarse el pelo, teñirse de rubias. Se educa para ser blanco y blanca.
¿La discriminación se manifiesta en Cuba igual que en otros países?
— Acá es más sutil, no siempre se reconoce que existe. Se mantuvo por muchos años un discurso oficial que decía que no existían el racismo ni la discriminación racial. Ahora se admite, las mujeres negras hemos perdido tiempo. La realidad es que existen prejuicios, racismo y discriminación y estas son categorías de las ciencias sociales. Se manifiestan incluso dentro de la familia, sea negra o blanca.
— Hay que ver si las mujeres negras y mulatas que están en cargos públicos en Cuba tienen conciencia de que son negras. En ese caso la mujer negra o blanca se desenvuelve en un marco de
tradiciones eminentemente patriarcales. No es problema de cantidad, aunque es importante la representatividad. Pero si no tienen realmente conciencia de género y de su negritud y el valor de manifestarse como tales, no hemos ganado nada. Es curioso que la mayoría de los hombres negros que han logrado un nivel profesional, intelectual o político con cargos importantes están casados con mujeres blancas. Son excepcionales los negros que han promovido históricamente las ideas de la negritud enCuba que no están casados con blancas: "La negra es mi hermana, pero no mi mujer". Es normal y aceptable la relación interracial pero cuando tiene esas connotaciones talmente parece que consideran a la blanca como un "premio" cuando han alcanzado determinadas metas.
¿Dirías que en el momento hay un viraje en esa situación?
— Sí, creo que se va avanzando y tengo mucha confianza en las nuevas generaciones. El racismo no se resuelve con socialismo o capitalismo, es algo más complejo y profundo. Algunas estudiosas y estudiosos han venido trabajando sobre estas cuestiones, han logrado colocarlas en el debate a contracorriente de opiniones partidarias de aplazar la discusión y el análisis del tema. El movimiento Hip Hop ha abierto un espacio de confrontación con las problemáticas que atañen a la juventud y a la población negra y mulata en particular. La mujer en esa manifestación eminentemente masculina ha articulado un discurso que se expresa contra la discriminación racial y la opresión patriarcal. Queda mucho camino por recorrer. Aunque la solución está en la educación y un fuerte trabajo cultural, ésta sobrevendría a larguísimo plazo. Los sectores hegemónicos que disfrutan históricamente de las ventajas de esta situación de desigualdad no las abandonarán sólo por conciencia. Habría que acudir a medidas jurídicas. Si no tenemos en cuenta que el racismo está vinculado al ejercicio del poder, éste seguirá reproduciéndose como consecuencia de su evidente funcionalidad que ofrece ventajas económicas, sociales y culturales para el grupo hegemónico.

Patricia Grogg
Corresponsal Jefa
IPS - Inter Press Service
Corresponsalía Cuba

Calle 28 No.108 Apto 2 entre 1 y 3
Miramar, Ciudad de La Habana, Cuba
Tel: (537) 206-6813 ext 105
www.cubaalamano.net

No hay comentarios: