miércoles, 7 de julio de 2010

Otra fecha y otro acto para recordar en la historia de la lucha de los cubanos negros por sus derechos ciudadanos: 29 de junio de 1902


Tomás Fernández. Robaina
Investigador y profesor titular.
Biblioteca Nacional de Cuba José Martí.

Semanas después del 20 de mayo de 1902, para ser más exacto, el 29 de junio, se celebró en la recién inaugura República, el primer acto público de los negros cubanos para protestar contra la discriminación racial y demandar las reivindicaciones sociales y económicas a las cuales tenían derecho por haber contribuido de manera ejemplar a la independencia.
Dicha reunión se efectuó en el teatro Albizu, la cual fue reseñada de forma amplia por el periódico La República Cubana1, dirigido por Juan Gualberto Gómez (1854-1933).

Ese hecho ahora reviste singular importancia en la historia del movimiento social de los afrodescendientes cubanos porque su análisis nos permite conocer y corroborar el estado de desigualdad social en que ellos se encontraban a pesar de haber ellos integrado mayoritariamente las files del ejército mambí.
Dicho análisis evidencia de manera inobjetable que muy poco o nada se había hecho durante la primera intervención estadounidense a favor de los negros, porque justamente al mes y unos días de nacida la República , algunas de las figuras patrióticas e intelectuales más prominentes de de aquella época exigían el cumplimiento de los derechos que les asistían de acuerdo con la Constitución vigente en ese momento. Por lo que, las fuerzas vivas de la comunidad afrocubana, que formaban parte del Comité de Veteranos y de Sociedades de Color, se movilizaron para demandar al joven gobierno republicano la atención debida y la aplicación inmediata de los derechos que les eran reconocidos constitucionalmente.

Ramiro Cuesta2 fue el primero en dirigirse al numeroso público congregado en el teatro esa noche. Expresó la conveniencia de esa reunión para rebatir abiertamente los criterios que se propalaban acerca del temor de que los cubanos negros trataban de sublevarse. Aseveró que era triste y doloroso que después de la larga lucha por la emancipación, ellos tuvieran que celebrar actos como en el que estaban para reclamar derechos. Y aconsejó con el amor de los unos y de otros, se debía evitar la discriminación racial para llegar al día en que se viera consumada la obra de igualdad de derechos para todos.
Lino D´ou3 fue muy directo y el portador de las quejas de los que veían como el Poder Ejecutivo negaba a unos sus derechos debido al color de la piel, mientras prodigaba escandalosamente a los que habían estado indiferentes o en contra del proceso independentista.
Silverio Sánchez Figueras4 aseveró la necesidad del esfuerzo de todos los blancos y negros cubanos para sacar al país del caos creado por la intervención yanqui y las malsanas posiciones de algunos paisanos. Llamó la atención y subrayó la conveniencia de evitar el peligro que significaba la Enmienda Platt , mediante la solución de los problemas internos, teniendo presente que:

Los negros no podrán hacer nada sin el concurso de los blancos, ni estos podrán nacer gran cosa sin el esfuerzo de los negros. Unámonos todos estrechamente, sin recelos infundados, ni dobleces para salvar nuestra nacionalidad y nuestra existencia del peligro que la amenaza

Generoso Campos Marquetti, importante figura mambí afirmó que la lucha que enarbolaban en aquel momento los cubanos negros perseguí el poder disfrutar plenamente del derecho conculcado, y que, por lo tanto, los negros no buscaban una lucha de razas, como propagaban los interesados de marginarlos de sus derechos. Recalcó que todas las gestiones efectuadas habían sido inútiles, ya que:

…fuimos al Presidente a pedirle que practique el artículo once de la constitución, y se nos dice que somos inconvenientes; pedimos que se implante la República sobre la base de la democracia que se asentara la }revolución, y se nos responde que somos racistas; pedimos entrada en los empleos públicos y el señor jefe de la Policía denuncia por perjuro a algunos que no han cometido tal delito.

Juan Gualberto Gómez (1854-1933) 6 concluyó la reunión con el discurso más extenso y más interrumpido de todos por los aplausos, según la prensa que lo reseñó. Abundó en ejemplos de las causas de algunas medidas discriminatorias que no tuvieron un fuerte rechazo por parte de los cubanos por temor a que se prolongara la ocupación yanqui. Enfatizó, como una muestra de lo que la decía, en la organización de la policía de la capital, integrada solo con blancos de acuerdo con la voluntad del General Ludlow, quién, de acuerdo con las palabras de Gómez, había expresado que la medida no había sido:

…por los cubanos sino por americanos… y para que la gente de color no crea que por el sistema se le excluye, se le puede dar entrada en la policía de los campos y las ciudades en que no tengan contactos con los soldados norteamericanos

Juan Gualberto Gómez puntualizó que muchos de los que habían estado de acuerdo con la política de no dar elementos a los yanquis para que pudieran prologar la ocupación, ponían ahora el grito en el cielo, argumentando que los que pretendían aplicar los principios del Partido Revolucionario Cubano, por lo tanto, los principios martianos, provocaban la permanencia indefinida de la tropas yanquis. Señaló que no podía verse peligro en la petición de la raza de color, de que se cumplimentaran los compromisos de la Revolución , y el que se le diera cumplimiento al artículo once de la Constitución. Finalizó con un llamado a los Representantes, Senadores, lideres de los partidos y figuras del gobierno para que se prestaran atención a las demandas y problemas planteados en la reunión, para que el Comité de Veteranos y Sociedades de la Raza de Color se disolviera al ser innecesario completamente:

Porque lo que tenía la misión de defender, se hubiera encargado de defenderlo todos los elementos.

Todo lo anterior nos índica claramente que la problemática racial, vigente durante el período colonial, enriquecida racistamente durante la intervención estadounidense, se hizo más compleja aún a partir de la naciente república en donde se facilitó más la llegada de los europeos, españoles, principalmente, como una forma de blanquear al país, pero debido a la necesidad de mano de obra barata, se autorizó la llegada de trabajadores provenientes de las antillas francesas, inglesas y holandesas para laborar en las zafras azucareras, a pesar de la oposición y propaganda en contra de ellos de diversos intelectuales y sectores de nuestra sociedad, que los veían como elementos nocivos para nuestra cultura y que ocasionaban el desempleo entre los cortadores de caña cubanos.
Puede considerarse el acto que reseñamos como el ejemplo más elocuente de la situación social y económica de un sector de la población afrodescendiente de entonces, la cual en mayor o en menor grado, transitó por períodos difíciles, algunos trágicos como los sufridos por los miembros del Partido Independiente de Color de mayo a agosto de 1912. No debe pasarse por alto, que lo acaecido en nuestro país en aquel momento y en los posteriores, ha ocurrido también en todas las naciones negriblancas de nuestro continente, con las particularidades histórica, sociales, culturales y políticas de cada una de nuestras sociedades
Por todo lo expresado me parece de suma importancia no olvidar la trascendencia de ese acto, por lo que se dijo allí, por lo que obtuvieron individualmente algunos de ellos, y por lo que no obtuvo la mayoría de la población afrodescendiente, causa por la cual el movimiento social por sus derechos sociales y político, se mantuvo vivo durante toda la república. Y sobre todo, para que podamos comparar y valorar en lo que hemos avanzado, y en los que nos falta aún.
Bibliografía citada:
1 La Republica Cubana , julio 5, 9. 15 y 16. 1902.
2Ramiro cuesta. “Discurso“ La República Cubana 5 julio 1902: 2
3Lino D´ou. “Discurso” La República Cubana 5 julio 1902:2
4Silverio Sánchez Figueras. “Discurso” La República Cubana 5 julio 1902: 2
5Generoso Campos Marquetti. “Discurso” La República Cubana 9 julio 1902: 2
Juan Gualberto Gómez. “Discurso” La República Cubana julio 15 y 16, 1902:2
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